A fines de los setenta y cercados por la Operación Cóndor del Ejército Mexicano, los capos sinaloenses fueron orillados a dejar su tierra y refugiarse en la capital jalisciense donde fundarían de la mano de Miguel Ángel Félix Gallardo, el Cártel de Guadalajara.
La Perla Tapatía se convirtió en el corazón neurálgico del fenómeno del narcotráfico y fue aquí donde tuvo lugar uno de los más grandes conflictos en las relaciones de México con Estados Unidos cuando fue asesinado el agente de la DEA, Enrique Camarena, hechos en los que habrían intervenido el propio Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”.
También sucedió en esta metrópoli un acontecimiento inédito en el país y hasta en el seno de la iglesia católica, el asesinato del cardenal y arzobispo de Guadalajara, Juan Jesús Posadas Ocampo y siete personas más el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara.
Volvería la entidad a ser el centro de atención mediática al surgir el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el de mayor expansión en los últimos 10 años y que irrumpiera en el escenario tras las guerras intestinas que tuvieron lugar luego de la muerte de Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal en 2010, considerado el “jefe de la plaza” en Guadalajara por parte del Cártel de Sinaloa.
Y en el último episodio que recoge otro símbolo jalisciense, a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, se le ocurrió bautizar como “Agave Azul” (planta emblemática de Jalisco) a la operación en la que supuestamente intervino Estados Unidos y el gobierno mexicano para desarticular una gigantesca red de lavado de dinero.
El pasado dos de junio, por medio de un comunicado, la UIF anunció los alcances del citado operativo con el que se habrían bloqueado cuentas bancarias de mil 939 personas y 167 empresas, todas por su presunta relación con el CJNG.
No obstante, hemos visto cómo tras el espectacular anuncio mediático se han ido descongelando cuentas, como en los municipios de El Grullo y Autlán; también el alcalde de Ixtlahuacán de los Membrillos, Eduardo Cervantes Aguilar y tres de sus hermanos ya se ampararon contra la medida, lo mismo que el presidente municipal de Autlán, Miguel Ángel Íñiguez Brambila y su hermana Bertha Alicia Íñiguez Brambila, directora del DIF de ese municipio, a pesar de que sus cuentas personales no han sido bloqueadas, como había dicho Santiago Nieto titular de la UIF.
De acuerdo con algunos medios informativos, la lista de Agave Azul incluye otras empresas tequileras: Agaves Finos Los Altos, SPR de RL de CV; Agavera Alteña, SPR de RL de CV; Casa Casco Viejo, SA de CV; Tequila Supremo, SA de CV y Casa Tequilera Dinastía Arandina, SA de CV.
Pero también se sabe que figuran farmacéuticas como Laboratorios Collins, que salió de la lista negra de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, en mayo de hace cinco años al comprobar que no tenía nexo con cártel alguno…
Y mientras la autoridad da palos de ciego, el nombre de la ciudad se enloda con el cártel histórico que ahora “refritea” Netflix, la agrupación del narco más poderosa del país se autobautiza como Jalisco y la planta que da identidad al tequila y a la región es empleada por el gobierno federal para nombrar un operativo todavía de dudosos alcances, nadie parece recordar la campaña aquella que rezaba que “Jalisco es México”.
Como tampoco existen voces como las los habitantes de Almoloya de Juárez, que cansados de las alusiones personales, presionaron para que el penal de máxima seguridad en el país fuera conocido solamente como del Altiplano.