Después de poco más de un mes en que nos hemos venido familiarizando a tiempo récord con todo lo relacionado al COVID-19, mejor conocido como Coronavirus, podemos saber ahora muchos más detalles en cuanto a este virus, que ha puesto en alerta al mundo entero. Pero quizá entre los datos que han trascendido, uno de los que más llama la atención, es que son los varones mayores de edad los más susceptibles a ser infectados, principalmente aquellos que ya tenían alguna otra enfermedad previa.
Se ha dicho que “a principios de febrero, cuando las autoridades chinas llevaban un mes luchando contra el brote de coronavirus, el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC) realizó su primer estudio de los datos de los pacientes. La muestra la componían 138 enfermos del llamado Covid-19 que habían sido hospitalizados. La media de edad era de 56 años y el 54.3 por ciento eran hombres. Semanas más tarde, cuando el mismo centro llevó a cabo un estudio más amplio, con los registros médicos de 72.314 pacientes, los datos arrojaron una conclusión similar”.
De acuerdo a BBC Mundo, 51% de los casos confirmados eran hombres, pero lo que llamó la atención de los expertos es que la tasa de mortalidad también tenía números más elevados: 2,8% en los hombres frente al 1,7% de las mujeres.
Otro estudio publicado en la revista médica británica Lancet sobre los datos de 99 pacientes infectados con el virus reveló que la edad media era de 55,5 años y que había infectados 67 hombres y 32 mujeres.
El virus ya ha matado a 2.800 personas y hay más de 82.000 casos a nivel global, aunque la mayoría de pacientes se encuentra en China continental.
Para Sabra Klein, del departamento de microbiología molecular e inmunología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad John Hopkins, los estrógenos -el principal grupo de hormonas sexuales femeninas- podrían tener la clave de las diferentes respuestas frente a la enfermedad.
«Los estrógenos pueden estimular aspectos de la inmunidad que son importantes para eliminar una infección viral y responder bien a las vacunas», le explicó a BBC Mundo la científica.
Con esta información, Klein cree que se podría plantear la hipótesis de que los estrógenos son un factor que contribuye a una mayor inmunidad en las mujeres durante el brote actual.
Pero dado que la epidemia es reciente, no hay todavía ninguna investigación que haya demostrado definitivamente esto.
«Diversos estudios de ratones infectados con el anterior brote de coronavirus del SARS, el estrógeno definitivamente contribuyó a cómo los ratones hembras controlaron la infección mejor que sus contrapartes masculinas». Esto sucedió también con el virus de la gripe común.
En una investigación realizada en células tomadas del revestimiento de la nariz de hombres y mujeres, los investigadores descubrieron que el estrógeno reduce en gran medida la cantidad de virus de la gripe que se replica en las células infectadas. Esto hacía pensar en un posible efecto protector del estrógeno en la lucha contra los virus.
Para la doctora Janine Austin Clayton, directora asociada de investigación sobre la Salud de las mujeres en el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, esa investigación mostró «la importancia de estudiar las células de hombres y mujeres, y considerar el sexo como una variable biológica al recopilar y analizar datos sobre las células».
Además, las mujeres suelen tener mayor inmunidad que los hombres después de las infecciones virales, incluida la infección por gripe, lo que podría tener a la población femenina más preparada para una epidemia como esta.
Pero ambas científicas coinciden en que existen diversos factores sociales y culturales tienen que estar influyendo también en que la tasa de mortalidad de los hombres sea más alta.
En China, donde se registran el 99% de los casos hasta ahora, el porcentaje de hombres que fuma, según datos recogidos por The New York Times es de más del 50% en comparación con el 2% de las mujeres.
Y dado que el coronavirus ataca a los pulmones provocando una neumonía, fumar aumenta el riesgo de complicaciones cuando existe una infección con coronavirus.
Los pacientes contagiados con este coronavirus experimentan diversos síntomas, entre ellos, dificultad para respirar, fiebre, tos y dolor muscular.
En este sentido la doctora Austin Clayton recuerda precisamente que no hay que olvidar las diferencias de género, es decir, las diferencias entre hombres y mujeres con respecto a los roles sociales y comportamientos.
Factores que nada tienen que ver con la biología.
Una gran diferencia de género es el porcentaje de mujeres y de hombres que acuden al médico cuando están enfermos.
«Según un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, las mujeres estadounidenses tenían un 33% más de probabilidades que los hombres de acudir al médico cuando se sienten mal», explica.
Otros factores que están teniendo un impacto directo en la mortalidad de los hombres que contraen coronavirus es la existencia previa de enfermedades y la edad.
Los hombres chinos también tienen tasas mayores de diabetes tipo 2 y la presión sanguínea más alta que las mujeres.
«En los humanos, aunque las diferencias en la inmunidad podrían ser un factor que contribuye a contestar la pregunta de por qué las tasas de mortalidad son más bajas en las mujeres que en los hombres, también podrían estar en juego enfermedades asociadas con un mayor riesgo de muerte por coronavirus», afirma la doctora Klein.
Por ejemplo, dice, las enfermedades cardiovasculares son un factor de riesgo «asociado con peores resultados en el brote de coronavirus actual y los hombres pueden tener más enfermedades cardíacas que las mujeres en los rangos de edad en que las personas mueren».
Efectivamente, las tasas de mortalidad aumentan gradualmente según las edades: para las personas de 40 años es del 0,4%; de 50 es del 1,3%; de 60 es del 3,6%, de 70 es del 8% y de 80 o más, del 14,8%.
La investigación del CCDC asegura que alrededor del 80,9% de las infecciones del nuevo coronavirus se clasifican como leves, el 13,8% como graves y solo el 4,7% como críticas, lo que incluye insuficiencia respiratoria y multiorgánica, y shock séptico.
Sin embargo, que las mujeres tengan un sistema inmunitario más fuerte tiene también su lado oscuro. Hay un inconveniente.
Aunque una mayor respuesta inmune en las mujeres contribuye a una eliminación más rápida de los microbios, estas respuestas robustas también pueden contribuir a una mayor susceptibilidad a las enfermedades inflamatorias y autoinmunes entre las mujeres.
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