El Senado terminó por ofrecerle a Donald Trump la absolución tras atravesar un juicio político del que prácticamente ha salido victorioso y que con seguridad lo catapultará hacia un segundo mandato al frente del gobierno de los Estados Unidos de América.
Así se ha escrito la historia este viernes luego de que con 51 votos a 49, el senado estadounidense votó en contra de citar a declarar a nuevos testigos en el juicio político contra el inquilino de la Casa Blanca, siendo esto prácticamente un pasaporte para continuar su mandato e incluso iniciar uno nuevo, pues una vez bloqueada esa última carta que esperaban jugar los demócratas, el Senado anunció que el miércoles tendrá lugar la votación definitiva, en la que el Presidente será absuelto de los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Los intentos de la oposición demócrata fracasaron cuando sólo consiguieron que dos de los cuatro republicanos que necesitaban torcer para su lado votaran en contra de oír nuevos testimonios. Sólo contaron con el apoyo de Susan Collins, de Maine, y Mitt Romney, de Utah. Pero la representante de Alaska, Lisa Murkowski, y Lamar Alexander, de Tennessee, se mantuvieron junto a su bloque en una defensa cerrada del Presidente.
Asi pues, el histórico proceso de impeachment contra el presidente de Los Estados Unidos de América que inició el Senado el pasado 21 de enero podría concluir la próxima semana no habiendo más testigos y seguramente tampoco pruebas contra el mandatario.
Se llegó a pensar que lo único que podría haber dado un giro de 360 grados al proceso habría sido que lo senadores que estaban en situación de indefinición creyeran más, al igual que la mayoría de los votantes, -según una encuesta-, en el fragmento del libro que se filtró al New York Times a través del cual el ex asesor de seguridad nacional, John Bolton, afirma que el mandatario retuvo la ayuda militar a Ucrania para que el país europeo investigara a sus rivales políticos, pero evidentemente no fue suficiente para los dos senadores que decidieron dar el voto de confianza a Trump desestimando que se llamara a más testigos rn el juicio.
Habrá que mencionar que en todo este embrollo surgió q partir de que Donal Trump pidió al presidente, Volodímir Zelensky, que investigara al ex vicepresidente demócrata, Joe Biden, y a su hijo Hunter. Según el mandatario estadounidense el trabajo de Hunter Biden en la empresa gasista Burisma, constituyó un «conflicto de intereses» porque Joe Biden ejercía de vicepresidente en la Administración Obama.
El presidente hizo pública la mayor parte de la transcripción de la conversación con Zelensky cuando un denunciante anónimo dio la voz de alarma: la Casa Blanca había paralizado el envío de 391 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania a cambio de las pesquisas.
La trama desencadenó la apertura de una investigación preliminar en la Cámara de Representantes que terminó en el juicio político que se celebra en el Senado.
La acusación sostiene que Donald Trump elegido presidente no tenía ningún interés en Ucrania, ni en los casos de corrupción que hubo en el país.
Diplomáticos que han colaborado en el juicio han aportado documentos, correos electrónicos y mensajes de texto que apuntan a la existencia de un canal extraoficial en Ucrania por el que Trump habría gestionado sus presuntas presiones al Gobierno.
La defensa del presidente argumenta que el abuso de poder no constituye un alto crimen o delito por el que destituir a un presidente. Dicen, además, que el proceso carece de sentido porque responde a una estrategia política de los demócratas en pleno año electoral.
Una pieza clave en el proceso habría sido John Bolton, quien fue el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca hasta septiembre de 2019. Trump asegura que lo despidió, él, que dimitió. Su testimonio podría haber sido vital en el destino del proceso judicial, porque asegura que Trump condicionó la ayuda militar a Ucrania a la investigación a los Biden, -pero ya no testificará-.
La acusación considera que Trump sentó las bases para un «peligroso precedente»: que cualquier presidente se sienta por encima de la ley.
De acuerdo a los acusadores Trump instauró una política de no cooperación con la investigación abierta en la Cámara de Representantes impedir el testimonio de sus funcionarios y la entrega de documentos clasificados.
Pero la defensa se había escudado en que el presidente ya hizo pública la única prueba real de su inocencia: la transcripción de buena parte de la conversación telefónica.
Analistas han destacado que al contar los republicanos con la mayoría en el Senado el proceso de impeachment contra Donald Trump podría ser desestimado por lo que el magnate podría terminar su mandato de cuatro años.
Los demócratas, impulsores del proceso, no lograron convencer a suficientes republicanos acerca de la necesidad de llamar testigos vinculados al caso.
El líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, dijo este viernes que una absolución de Donald Trump sin nuevos testigos sería “insignificante».
“Este país se encamina hacia el mayor encubrimiento desde Watergate”, dijo el senador en alusión al escándalo político por el robo de documentos demócratas en sus oficinas del edificio Watergate, en Washington, y que derivaron en la renuncia en 1974 del entonces presidente Richard Nixon.
“Si mis colegas republicanos se niegan a considerar testigos y documentos, entonces una absolución sería insignificante porque sería el resultado de una farsa de juicio”, dijo Schumer a la prensa.
Ante la evidente resignación del congresista, no queda más que esperar que la absolución de Trump de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso, que los demócratas habían imputado al mandatario republicano por sus presiones a Ucrania para que investigase al ex vicepresidente demócrata Joe Biden, un posible rival en los comicios de noviembre, y luego obstaculizara la investigación del Congreso al respecto.
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