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«Las verdades del Verde»

Ahora que hay una insurgencia preparándose contra el posible trasvase de aguas del Río Verde para abastecer a la ciudad de León, Guanajuato, por medio de un acueducto; en la historia de la verborrea oficial para justificar la obra, hay una pieza de oratoria que no tiene desperdicio.

Se trata de la ponencia de quien fuera director del SIAPA, José Luis Hernández Amaya, quien en su calidad de director técnico del Organismo Cuenca Lerma-Santiago-Pacífico de la Comisión Nacional del Agua, presentó al Consejo Académico del Agua de la Comisión Estatal del Agua de Jalisco.

En su intervención, denominada “Las Verdades del Verde”, Hernández Amaya responde en 13 puntos a quienes se oponen al proyecto, pero no aporta ni una sola prueba.

Dice por ejemplo que el trasvase de las aguas del Verde desde el Zapotillo a León, también benefician al lago de Chapala, ya que recibirá el mismo volumen que se trasvase previo tratamiento y después al Río Turbio y después al Río Lerma, además de reducir la sobre explotación de los acuíferos.

(Es decir, que primero usa León el agua y después las aguas negras son devueltas por el Río Turbio al lago).

Con la cortina a 80 metros, señala el expositor, se almacenan 400 millones de metros cúbicos y la proporción de aprovechamiento es dos a uno a favor de León; en cambio con 105 metros de altura de la cortina, Jalisco es el beneficiado dos a uno porque almacenaría 911 millones de metros cúbicos.

Según Hernández Amaya, el volumen de agua del Río Verde es el mismo en los últimos 50 años pero admite que la disponibilidad se ha reducido por las necesidades de las poblaciones de Los Altos.

(Sin embargo, un estudio de la misma Conagua, reconoce que los caudales del río son cada vez más exiguos. En 1973 llegó a trasladar hasta dos mil millones de metros cúbicos, pero en los últimos años el volumen apenas rebasó los cien millones de metros cúbicos, lo que contradice el promedio estimado de 599 millones de metros cúbicos en el proyecto de la presa).

En su ponencia, el funcionario reconoce que con la cortina a 80 metros se inundan los poblados de Temacapulín, Acasico y Palmarejo y que la construcción de diques son inviables por temas de seguridad. Además, menciona que la única forma de no inundar las poblaciones es con una cortina a 60 metros, por lo que la única solución es la reubicación.

En su exposición, José Luis Hernández Amaya revela que el “estrés hídrico” (falta de agua) que sufre la zona metropolitana de Guadalajara es de 500 mil habitantes, otros 500 mil con tandeos y destaca la importancia de que se dejaría de extraer agua de Chapala, por lo que el principal beneficiado con la presa El Zapotillo, el acueducto y el trasvase a León, es el lago.

No obstante, lo que el ex director del SIAPA no dijo es que en el proyecto integral de abasto de agua a la ciudad, la Comisión Nacional del Agua conserva en sus proyecciones la extracción de 5.5 metros cúbicos por segundo desde Chapala (no reduce el volumen) y que junto con lo que vendría del Zapotillo, Acatic y El Purgatorio, la metrópoli contaría con 19.6 metros cúbicos por segundo a partir del 2018.

Pero todo es saliva. El Zapotillo está detenido, la cortina alcanzó los 80 metros, el acueducto a León no se ha construido, El Purgatorio no avanza, el lago de Chapala sigue abasteciendo a la ciudad y el Río Verde no tiene agua.

• Paralelo Veinte

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