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Buenos muchachos

En la soledad de su privado en la casa de campaña, seguramente Eugenio Ruiz Orozco tuvo que sentarse y descansar un momento para reflexionar sobre los errores cometidos a lo largo del singular proceso electoral.
Uno de ellos, el más evidente, el haber menospreciado a su rival, el desconocido ex alcalde de Ciudad Guzmán Alberto Cárdenas quien había desbancado al seguro aspirante panista Gabriel Jiménez Remus, que ni campaña interna realizó.
En el equipo cercano del que era el primer candidato del PRI derrotado en una elección en Jalisco, figuraba el joven Enrique Alfaro Ramírez, secretario particular del coordinador de la campaña Ramiro Hernández García.
Durante esa contienda de 1994, coincidió un puñado de jóvenes cuya historia llevó sus carreras por rutas distintas y luego entrecruzó a algunos sus caminos.
Por ejemplo, Francisco Ayón coordinaba a las juventudes priístas, junto con Aristóteles Sandoval y Juan Alcalá. Héctor Pizano Ramos era el coordinador de logística quien tenía a punto los dos camiones que empleaban en la campaña, el vehículo que utilizaba el candidato y el que transportaba a la prensa.
El secretario general del PRI en Jalisco en ese tiempo era Enrique Ibarra Pedroza.
Todos ellos vieron de cerca la primera derrota del PRI y repetirían le lección seis años después cuando trabajaron con Raymundo Gómez Flores en la candidatura al senado y perdieron aunque el empresario fue legislador como primera minoría.
Incluso fueron el propio Enrique Alfaro y Francisco Ayón quienes en una reunión en Puerta de Hierro le presentaron a Raymundo Gómez Flores al inquieto joven Aristóteles Sandoval.
Alfaro estudió una maestría en el Colegio de México, tiempo en el que estrechó lazos con Enrique Ibarra Pedroza, entonces representante del PRI en el Instituto Federal Electoral.
Independientemente de las responsabilidades que tenían en el PRI, Alfaro, Ayón, Pizano y Aristóteles Sandoval, solían acudir a discotecas de entonces y hasta las Fiestas de Octubre.
Con el paso del tiempo los caminos de los jóvenes priístas fueron apartándose. Hubo quienes permanecieron en el PRI y Enrique Alfaro decidió romper y explorar otros partidos.
Así llegó a la alcaldía de Tlajomulco y también de esta manera con una alianza real pero nunca reconocida, fue que se convirtió en el candidato del gobernador panista Emilio González Márquez, quien desplegó recursos y operadores para disputarle al PRI la gubernatura.
Como contrincante tuvo a su ex compañero Aristóteles Sandoval, quien ganó con un margen estrecho (dos semanas más y Alfaro lo habría rebasado).
Tras sus victorias en la alcaldía de Guadalajara y después la gubernatura, no tuvo más que continuar la inercia que comenzó en 2012…
Pese a todos los años transcurridos, algo ha sucedido con el ahora gobernador Enrique Alfaro quien se encuentra en el peor momento de su popularidad, como arrojan varias encuestas.
Ha abierto demasiados frentes y no parece escuchar recomendaciones que advierten de los riesgos de la intolerancia.
De no aparecer pronto el político profesional con tan curtida historia, corre el riesgo de repetir el cuento del hombre que se metió en sentido contrario a una concurrida avenida y pensaba que quienes estaban equivocados eran todos los demás que venían de frente.

• Carlos Martínez Macías

Director General de Paralelo 20. Es un periodista de larga trayectoria en prensa, radio, televisión y medios digitales. Ha realizado coberturas especiales en México y el extranjero. Ganador del Premio Jalisco de Periodismo.

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