Los demócratas han pegado primero y logrado echar abajo el primer argumento de la defensa del ex presidente Donald Trump, quien está acusado de incitar a una insurrección por su papel en el asedio del 6 de enero al Capitolio que dejó cinco muertos. En el marco del segundo juicio por impeachment que se le sigue y que fue puesto en marcha este martes en el Senado de Estados Unidos de América, se aprobó -por votación a favor de 56 a 44- como constitucional juzgar al polémico magnate neoyorquino como expresidente; algo que constituía una las grandes incógnitas para este proceso, toda vez que la Constitución del país vecino del norte no lo contempla.
En el país de las barras y las Estrellas, la mayoría de los juristas habían sostenido como constitucional que se celebrase el juicio. En una carta abierta publicada el mes pasado, más de 150 expertos académicos, incluido el cofundador y varios miembros de la conservadora Sociedad Federalista, dijeron que la constitución «permite el juicio político, la condena y la descalificación de ex oficiales, incluidos presidentes».
Pero la defensa de Trump consideraba que la Cámara alta carecía de competencias para juzgar a su cliente una vez fuera de la presidencia y alegarían la inconstitucionalidad. Para ello, tenía previsto centrarse durante el juicio en buena medida en “objeciones procedimentales”. Bruce Castor, uno de sus abogados había adelantado que argumentarían que un expresidente no puede enfrentarse a un juicio por su impeachment una vez fuera del cargo.
Este martes, el juicio avanzó de manera significativa y luego de cuatro horas de alegatos, la mayoría de los senadores dijeron que el juicio político del expresidente Trump era constitucional a pesar de los llamados de algunos republicanos para desestimar los procedimientos.
Se necesitaba una mayoría simple para proceder y seis senadores republicanos votaron con los demócratas: Bill Cassidy, Susan Collins, Lisa Murkowski, Mitt Romney, Ben Sasse
y Pat Toomey, fueron en contra de su correligionario y avalaron la constitucionalidad del proceso.
A los fiscales de la Cámara de Representantes y al equipo de defensa de Trump se les asignaron hasta 16 horas distribuidas en dos días para presentar sus casos.
Los fiscales de la Cámara de Representantes que abogan por el juicio político van primero, y se sabe que planean usar muchos videos del día de la insurrección para expresar sus puntos. Se espera que los procedimientos se reanuden mañana al mediodía.
En cuanto a la defensa, buscará desestimar que con su discurso del 6 de enero frente a sus simpatizantes, Trump provocara la insurrección.
“Por entusiasta o incendiario que resultase, no llamaba a la comisión de ningún delito ni a la violencia, sino que usaba la palabra “lucha” en sentido figurado, han declarado sus defensores. En un escrito de 78 páginas presentado el lunes, los abogados de Trump -Bruce Castor, David Schoen y Michael van der Veen- denuncian lo que llaman “hambre de los demócratas por este teatro político”.
En cuanto a la posibilidad de que el ex inquilino de la Casa Blanca sea condenado, hay que decir que la constitución estipula que “ninguna persona podrá ser condenada sin el consentimiento de dos tercios de los miembros presentes”. Debido a que la cámara de 100 miembros está dividida, 50-50, al menos 17 republicanos tendrían que encontrar a Trump culpable para que sea condenado, asumiendo que todos los senadores participasen.
Sin embargo, ese resultado se considera extremadamente improbable, después de que todos menos cinco senadores republicanos respaldaron a Trump en una votación de procedimiento el mes pasado que puso en duda si un juicio era constitucional, y que este martes apenas seis de sus correligionarios le dieron la espalda.
Sigue siendo posible que varios senadores se abstengan de votar en lugar de emitir un veredicto de una forma u otra, reduciendo así el número de jurados «presentes» en la cámara y, a su vez, el número de votos necesarios para condenar.
Ahora bien, en cuanto a la trascendencia del veredicto, hay que decir que si Trump fuera declarado culpable, el Senado podría tener una mayoría simple de votos para prohibirle ocupar un cargo público en el futuro. Eso tendría implicaciones significativas para 2024, cuando Biden muy probablemente se presentará a la reelección, dado que Trump ya ha dicho que está considerando postularse nuevamente para presidente.
Algunos agentes de Washington argumentan que el juicio político podría ser contraproducente para los demócratas, dominando los cruciales primeros 100 días en el cargo de Biden y arriesgándose a interferir con su agenda legislativa, que incluye un paquete de ayuda para el coronavirus propuesto de $ 1.9 billones. Los críticos dicen que los votantes verán el juicio como una pérdida de tiempo en un momento en el que los estadounidenses luchan por llegar a fin de mes y buscan el apoyo de los legisladores.
Pero otros ven el juicio lleno de baches para los republicanos electos, que querrán intentar recuperar el control de la Cámara y el Senado en las elecciones intermedias de 2022. Eso requerirá que el partido revitalice la base conservadora de Trump mientras recupera a los votantes suburbanos moderados que desertaron del partido en la era Trump. Las encuestas de opinión muestran que es más probable que estos votantes apoyen castigar al ex presidente.
El primer round en esta contienda se lo han apuntado los demócratas pero ya veremos cuando suene la campana del segundo episodio cómo se torna esta disputa, aunque de entrada se antoja una tarea titánica alcanzar esos 17 votos rojos que los senadores demócratas requieren para que el polémico Donald Trump, esta vez sí sea condenado.
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