Por Isaura López Villalobos
En la era de la digitalización y globalización, la comunicación y el uso de nuevos tecnicismos en el lenguaje ha ido cambiando en las organizaciones públicas y privadas para adaptarse a un mundo innovador y de mayor competitividad.
En consecuencia, surge la siguiente pregunta ¿qué pasaría si el lenguaje laboral cambiara al interior de las organizaciones? Se lograría que los talentos femeninos se sientieran en igualdad de condiciones de comunicar, expresar y desarrollar sus habilidades y estrategias en el interior de las organizaciones.
Esto sin lugar a dudas tendría un efecto multiplicador positivo en el progreso de todas las áreas de desarrollo económico, sobre todo se garantizaría el principio de pro homine, esto es, la protección más amplia.
En el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) el tema propuesto por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es el siguiente: “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”, se debe reflexionar sobre el papel del sector laboral para lograr la meta.
“Demos el paso”, señala el programa ONU Mujeres para poner fin a la brecha en la igualdad de género y conseguir el empoderamiento de las mujeres, en este aspecto es fundamental el papel del profesional en Desarrollo Organizacional cuyo principio es dar una respuesta al cambio a través de una estrategia educativa, modificando creencias, actitudes y valores en la estructura de la organizaciones.
El reto mayúsculo en el sector público, privado e incluso en la sociedad civil organizada será abolir una cultura de igualdad a través de una comunicación integral y un lenguaje no sexista en las organizaciones mexicanas para lograr, además de los objetivos internacionales para los próximos 13 años, el desarrollo y crecimiento del talento femenino en el mundo laboral.
De acuerdo con firmas internacionales, sólo ocho por ciento de las empresas en el mundo están en manos de una mujer; mientras que en México la estadística es menor ya que solamente un 7.6 por ciento de las empresas son dirigidas por mujeres.
Sin embargo, el reto por conseguir la igualdad de oportunidades tendría que sortearse con absoluta confianza pues un estudio de ONU Mujeres que advierte que cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen.