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Lagrimita, el primer independiente

El proceso electoral que inició en septiembre pasado, será recordado por la fiebre de aspirantes a candidaturas independientes que alcanza niveles insospechados.

Lo mismo periodistas, activistas, empresarios que políticos en fuga de variopintos partidos, han decidido lanzarse al ruedo de la aventura independentista con distinto tipo de reflectores.

A partir de unos días más, comenzará la colecta de firmas de apoyo para quienes buscan diputaciones locales, federales, alcaldías, el senado y hasta la gubernatura.

Pero ahora que el movimiento independentista está en efervescencia, valdría la pena recordar el episodio chusco -–a tono con el personaje— que involucró a Guillermo Cienfuegos Pérez, mejor conocido como “Lagrimita”, quien pretendió ser, azuzado desde una siniestra oficina de gobierno, candidato a la presidencia de Guadalajara para arrebatarle votos a Enrique Alfaro.

La operación para recabar 23 mil 887 firmas para conseguir el registro como candidato, fue orquestada por la empresa Personal Temporal Administrativo, S.A. de C.V. en una maniobra que incluyó a unos 150 jóvenes a los que se les instruyó negar que eran empleados y decir que eran “estudiantes voluntarios”.

Algunos trabajadores de la firma Trascendencia Humana, el nombre comercial de la empresa, reconocieron haber sido contratados para que mediante un instructivo, recolectaran las firmas de apoyo y entregaran una carta del payaso donde ofrecía una ciudad “más feliz y llena de sonrisas”.

A su vez, Guillermo Cienfuegos también hizo su parte. Como marca la ley, creó una asociación civil el 15 de diciembre de 2014 según consta en la escritura 770 del tomo tercero, libro ocho, folios del 5,586 al 5,599 del notario público número uno de Ixtlahuacán del Río, Jalisco, Jaime Eduardo Natera López.

Ante dicho notario comparecieron los ciudadanos Guillermo Cienfuegos Pérez, nacido en el DF en 1961 y artista de profesión; Valeriano Martínez, nacido en Guadalajara en 1979, empresario y Sergio Oswaldo Ortega Altamirano, nacido en Guadalajara en 1978 y de profesión abogado.

En los estatutos, fracción primera, señalaba que la asociación se denominaría “No más llanto”, seguido de la A C; el emblema constaría de una nariz de payaso roja con la leyenda “Ciudad Feliz” y el lema de la asociación sería: “Más vale payaso conocido que políticos farsantes”.

Para que Lagrimita obtuviera el registro como candidato independiente de Guadalajara, requería conseguir las firmas del dos por ciento del padrón electoral del municipio, es decir, 23 mil 887. Pero pudo presentar apenas 22 mil 899, por lo que le faltaron 988 registros.

Entre los apoyos nulos presentados para obtener la candidatura, hubo 70 casos donde los ciudadanos tenían suspendidos sus derechos políticos y el colmo, 194 casos de apoyos presentados por Lagrimita de personas fallecidas.

Pero más que cuestionar a “Lagrimita”, el señalamiento tendría que ser a la empresa que recabó las firmas.

Extrañamente, la misma firma Personal Temporal Administrativo, S.A. de C.V., había recibido del Gobierno de Jalisco, ocho millones 999 mil 280 pesos en los contratos 48/14 y 322/14, para “desarrollar e implementar diversas técnicas de la comunicación estratégica y asertiva entre el Gobierno del Estado y la sociedad jalisciense que permitan conocer el rumbo y aplicación de los programas sociales implementados por el Gobierno del Estado”.

Una semana antes de las elecciones de 2015, el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal, ordenó otorgar el registro al payaso quien en unos cuantos días no pudo revertir la amplia ventaja de Alfaro, ni con apoyo de la citada empresa especialista en manejo de personal.

• Paralelo Veinte

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